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  • PETROENERGÍA

Convenio de Minamata y su aporte a la economía circular

Paola Hermosa, Analista Técnico IIGE


El aumento de la presencia de mercurio en el ambiente, ha desencadenado afectaciones a la salud humana y animal. Uno de los casos más representativos de envenenamiento por mercurio se presentó en la ciudad de Minamata, Japón, en la década de los años 50, donde se identificaron los primeros casos de personas que presentaba un síndrome con alteraciones en el sistema nervioso central, razón por la cual se denominó “enfermedad de Minamata”. En 1968, el gobierno de Japón anunció que el origen de la enfermedad fue la ingesta de pescados y mariscos contaminados con mercurio [1], provocado por las descargas de una empresa petroquímica a la bahía, la misma que hasta la actualidad continúa implementado medidas para mitigar las secuelas de la contaminación.


Como respuesta a este evento, se adoptó el Convenio de Minamata [2], el que entró en vigencia en agosto de 2017, como un acuerdo ambiental mundial, que aborda los aspectos a lo largo del ciclo de vida del mercurio, desde su extracción, suministros manufacturados, usos y sus compuestos, su gestión como desecho en emisiones o descargas; así como, el tratamiento de lugares contaminados con este metal.


El Convenio de Minamata es un tratado global que tiene como objetivo proteger la salud humana y el ambiente de las emisiones y liberaciones de mercurio y sus compuestos, generados por el uso de este elemento en las actividades productivas que realiza el ser humano [2].


El mercurio es un metal en estado líquido a temperatura ambiente, considerado como una sustancia química peligrosa y nociva para la salud humana y el ambiente, debido a sus características de persistencia, movilidad a largas distancias en la atmósfera, capacidad para formar compuestos orgánicos, bioacumulación y biomagnificación en las cadenas tróficas acuáticas y terrestres [1]. Se encuentra de manera natural asociado a otros elementos pudiendo liberarse en los ecosistemas por causas naturales como incendios forestales, fallas geológicas, erupciones volcánicas y por actividades productivas como la industria de cloro-álcali y producción de cloruro de vinilo. En minería artesanal se utiliza para la extracción de oro, en la fabricación de aparatos eléctricos, electrónicos y dispositivos de medición; además, puede ser emitido al ambiente de manera no intencional en procesos de fundición y calcinación en la producción de metales y cemento; así como, en el uso de carbón en centrales hidroeléctricas y calderas industriales [1].


Debido a los diferentes usos del mercurio, este metal ingresa al ambiente por distintas formas de emisión, evidenciadas durante su ciclo de vida, el cual comprende una compleja cadena de transporte y movilización, incluyendo fuentes y procesos con presencia de este metal, los cuales han ido en aumento con el paso del tiempo [3]. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en el año 2019, publicó el estudio “Global Mercury Assessment” [3], en el cual, tomando como punto de partida el ciclo del mercurio, se presentan resultados de la comparación de la cantidad de mercurio presente en el ambiente, antes del inicio de actividades productivas hasta la actualidad.

Como se observa en la Figura 1, los resultados presentados en el estudio de evaluación, se obtuvieron a partir de valores estimados de presencia de mercurio en el ambiente desde el periodo pre antropogénico (antes año 1450) y valores medidos en la actualidad, mostrando que, el incremento de emisiones a la atmósfera provenientes de fuentes naturales, re-emisiones y actividades industriales ha sido de 450 %; así mismo, el mercurio presente en la atmósfera que llega a depositarse sobre suelos, ríos y océanos ha aumentado en 310 %, y en el caso de descargas a cuerpos de agua que llegan a los océanos ha aumentado en 130 % [4]. Estos valores indican el alto impacto ambiental provocado a través del tiempo por las diferentes actividades económicas que utilizan mercurio para el desarrollo de sus actividades o fabricación de productos y la carente responsabilidad empresarial en el tratamiento de emisiones y descargas líquidas previo a su liberación al ambiente.




Figura 1: Ciclo de Mercurio. Estimaciones de mercurio almacenado a nivel mundial [4].


Los resultados obtenidos de la implementación del Convenio de Minamata hasta el año 2020, así como, las acciones dirigidas a erradicar el uso de mercurio a corto, mediano y largo plazo dentro de actividades productivas como la minería y la información generada que permita identificar el ciclo de productos con este metal, representarían un insumo significativo para el cumplimiento de metas establecidas en la implementación de la economía circular en diferentes países.


La economía circular es una herramienta que propone un cambio estratégico de pro­ducción y consumo, con el objetivo de permitir la regeneración y restauración de ecosiste­mas, así como el uso sustentable de los recursos, y evitando la generación de residuos desde el diseño del producto [5]. En este sentido, se debe tener en cuenta que para la implementación de la economía circular se requiere la transición de sistemas lineales utilizados en la actualidad (explotación no controlada de los recursos, generación de emisiones y residuos sin tratamiento previo e impacto en los ecosistemas) a sistemas circulares [6], con el objetivo principal de mejorar la calidad de vida y bienestar de la población (Figura 2).




Figura 2: Diferencias entre economía lineal y economía circular [7].


El sistema económico mundial actual, depende de la extracción y comercialización de materiales, su transformación a través de una cadena productiva y la eliminación como residuos o emisiones, convirtiéndose en un desafío cambiar este proceso productivo por otros más eficientes y sustentables [6], que impliquen el ingreso y aplicación de conceptos como la ecoinnovación en la producción [5], que permitan el uso más eficiente de los recursos, la ampliación de la vida útil de los productos, optimización de las materias primas, elección de materiales que no signifiquen un problema para la salud y el ambiente y, la disminución en la generación de descargas líquidas, residuos sólidos y emisiones.


En este ámbito, dentro de las cadenas productivas, dos de los mayores retos que enfrenta la implementación de la economía circular son: la fabricación y comercialización de productos sostenibles, y la gestión de residuos [6]. El primero consiste en el uso exclusivo de materias primas amigables con la salud y ambiente, utilizando tecnología responsable; y el segundo, en asegurar la reducción de la cantidad de residuos generados; así como, el reciclado y, cuando sea posible, la conversión de los residuos en un nuevo recurso, convirtiendo estas necesidades en oportunidades para el campo de la investigación y desarrollo, que tendrá como principal desafío, la búsqueda de alternativas que permitan alcanzar el modelo de desarrollo circular, las cuales deberán estar respaldadas por políticas públicas e inversión económica encaminadas a su ejecución.


En Ecuador, los objetivos de la economía circular están alineados al cumplimiento de normativas, establecidas a nivel nacional y a convenios de cooperación internacional. Un ejemplo claro es el enfoque que tiene la normativa y las actividades realizadas, tendientes al cumplimiento del Convenio de Minamata para la eliminación gradual, hasta la erradicación de uso de mercurio y productos que lo contienen; permitiendo así, el impulso de políticas para el uso de materias primas libres de sustancias tóxicas en la industria, que conlleven a asegurar un ciclo de vida circular de cada producto fabricado, garantizando que sea sostenible en el tiempo.


Con este concepto, se presenta un gran desafío, especialmente en los países en desarrollo, donde las economías se encuentran en transición y el uso de materiales peligrosos, como el mercurio, no se ha erradicado, por lo que, proyectos como el Programa de Gestión de Productos Químicos y Desechos (PNUMA) [6], se ejecutan como apoyo para mejorar la capacidad institucional y para hacer cumplir las políticas, la legislación y la aplicación de convenios como el de Minamata, con el objetivo de impulsar la fabricación y selección de productos libres de sustancias tóxicas, Con este objetivo, en Ecuador el PNUD con la ejecución del “Programa Nacional de Gestión de Químicos” [8], desde el 2018, trabaja con los distintos actores para la reducción y eliminación de uso de productos con contenido de mercurio; además, el Ministerio de Ambiente, Agua, y Transición Ecológica en el 2020, presentó el “Plan de Acción Nacional sobre el uso de mercurio en minería artesanal y de pequeña escala de oro en Ecuador, conforme la Convención de Minamata sobre Mercurio”, el cual está enfocado a la reducción y eliminación de uso de mercurio en actividades de minería artesanal y pequeña minería, y en la actualidad se encuentra en ejecución [9].


Sin embargo, es importante mencionar que, para generar resultados claros del aporte del Convenio de Minamata a la Economía circular mundial, en especial, en los países que han ratificado su adherencia a este tratado [10], incluido Ecuador, se debe conocer los resultados que se presentarán en la cuarta reunión de la Conferencia de las Partes [11], que se llevará a cabo en noviembre del 2021.



Referencias Bibliográficas


[1] Centro Coordinador Convenio Basilea-Centro Regional Convenio de Estocolmo para América Latina y el Caribe (CCCB/CRCE), «Informe. El Convenio de Minamata sobre el Mercurio y su implementación en la región de América Latina y el Caribe», 2014.

[2] Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, «Convenio de Minamata sobre el Mercurio», 2017.

[3] United Nations Environment Programme, «Global Mercury Assessment 2018», 2019.

[4] United Nations Environment Programme y Arctic Monitoring and Assessment Programme, «Technical Background report to the Global Mercury Assessment 2018», 2019.

[5] Ministerio de Producción, Comercio Exterior, inversiones y Pesca, GIZ, Universidad San Francisco de Quito y Centro de Innovación y Economía Circular; «Libro Blanco de Economía Circular de Ecuador». 2021

[6] Comisión Europea, «Liderar el camino hacia una economía circular mundial: situación actual y perspectivas», 2020.

[7] Fundación EU-LAC, «Estudio de caso sobre modelos de Economía Circular e integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en estrategias empresariales en la UE y ALC».

[8] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Proyecto «Programa Nacional para la Gestión Ambientalmente Racional y la Gestión en el Ciclo de Vida de Sustancias Químicas», (ProDoc), Ecuador 2018.

[9] Ministerio del Ambiente y Agua, «Plan de Acción Nacional sobre el uso de mercurio en minería artesanal y de pequeña escala de oro en Ecuador, conforme la Convención de Minamata sobre Mercurio», Ecuador, 2020.

[10] D. Lennett y R. Gutiérrez, «Convenio de Minamata sobre el Mercurio. Manual de ratificación y aplicación», Natural Resources Defense Council y BAN Toxics, 2015.

[11] Secretariat of the Minamata Convention on Mercury, «Progress Report 2020. Overview of the Minamata Convention on Mercury activities», 2021.



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