Christian Romero, Analista Técnico de Propiedad Intelectual IIGE
(Foto: IIGE, 2021)
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus 2019 (Covid-19) como una pandemia. Desde entonces, nuestra sociedad experimentó cambios drásticos en el estilo de vida, algunos temporales como el aislamiento y el distanciamiento social, y otros a largo plazo como los planes de vacunación masiva.
Con el objetivo de salvaguardar el mayor número de vidas posible, los gobiernos a nivel mundial diseñaron y pusieron en marcha políticas destinadas a contener el brote de la pandemia, en un inicio y, posteriormente, a adaptarse a la misma. En este complicado periodo de la historia, no podemos olvidar que vivimos en un planeta dinámico, en donde todo cambia; así, el entorno en el que vivimos cambia a diario, muchas veces sin que lo notemos. Sismos, erupciones volcánicas, deslizamientos, erosión fluvial y costera, tormentas eléctricas, huracanes, tifones, entre otros fenómenos naturales, han ocurrido desde siempre y ocurrirán sin importar el contexto social, económico, político o sanitario que nuestra sociedad atraviese. Por esta razón, la humanidad a lo largo de su historia se ha adaptado de diferentes maneras a los fenómenos naturales.
La geología, como ciencia, le permitió a la humanidad entender cómo se generan y funcionan los fenómenos naturales, debido a que estudia el origen, formación y evolución de la Tierra, los materiales que la componen y su estructura [1]. En el contexto de la pandemia Covid-19, la demanda de respiradores, insumos médicos y el proceso de vacunación a nivel mundial incrementó, de forma particular, la demanda de cobre, zinc, plata y oro [2]. Estos recursos solamente pueden ser localizados gracias a la investigación geológica.
El desarrollo económico de los países necesariamente incluye en su planificación a largo plazo la determinación de recursos naturales; y en este sentido, la investigación geológica describe de manera cualitativa y cuantitativa las características físicas del relieve: topografía, morfología, litología, hidrología, entre otras. Estos datos son presentados en mapas geológicos y, la utilidad de un mapa geológico es muy amplia, ya que va desde la determinación de recursos naturales, hasta la planificación del ordenamiento territorial (Figura 1).
Ahora, la transición hacia energías limpias solo es posible a partir de la prospección y explotación de un grupo muy particular de minerales como: litio, níquel, cobalto, manganeso, entre otros. En cambio, la planificación del ordenamiento territorial busca diseñar el crecimiento organizado de ciudades, pueblos, comunidades y parques industriales, con el objetivo de disminuir la susceptibilidad a fenómenos naturales; en ambos casos, la investigación geológica juega un papel preponderante.
Una rama de la geología que en Ecuador ha sido poco estudiada es la geología política, que considera al conocimiento generado a partir de la investigación geológica como una herramienta, la cual es utilizada en el diseño y ejecución de políticas públicas que buscan disminuir la susceptibilidad de la población ante fenómenos naturales y, al mismo tiempo, definir políticas adecuadas para la administración de recursos naturales que contribuyan al crecimiento de la economía del país [1].
Figura 1: La utilidad de la investigación geológica para la sociedad [2].
Desde el punto de vista geológico, Ecuador se localiza en un límite de placas tectónicas convergente y es caracterizado por alta sismicidad y volcanismo activo. Por ello, eventos sísmicos y volcánicos, fenómenos de remoción de masa, procesos de erosión fluvial y costera, afectan de manera continua a ciudades y proyectos estratégicos. En el transcurso de la pandemia, entre los años 2020 a 2021, se documentaron 225 amenazas geológicas en Ecuador, 105 correspondieron a caídas de rocas, 50 a deslizamientos de tierra, 29 hundimientos, 19 inundaciones, 7 emergencias por erosión fluvial y 15 emergencias por erosión costera [3, 4] (Figura 2). Destacando en particular, la erosión regresiva en la cuenca del río Coca, el mega deslizamiento en la población de Chunchi, erosión fluvial en las márgenes del río Upano en Macas y la erupción del Volcán Sangay. Si bien es cierto, los fenómenos naturales no se pueden predecir, el gran número de emergencias ocasionadas a partir de la exposición de ciudades, poblados y proyectos estratégicos a fenómenos naturales refleja la ausencia en cuanto a la planificación del ordenamiento territorial.
Figura 2: Amenazas geológicas en el Ecuador en el transcurso de la pandemia, año 2022 [4].
A nivel mundial, la pandemia propició la actualización de la base de datos aeroespacial, visores como: USGS Earth Explorer, LandViwer, Copernicus Open Access Hub, Sentinel Hub, NASA Earthdata Search, Remote Pixel, INPE, liberaron gran cantidad de imágenes satelitales, como Landsat TM, SPOT HRV, SPOT Vegetation, MODIS, IKONOS, Meteosat. Esto permitió la evaluación del riesgo geológico a diferentes escalas.
Otro aspecto interesante en el transcurso de la pandemia fue la difusión del conocimiento geo-científico a través de iniciativas como #geologíaencasa desarrollada por el Instituto de Investigación Geológico y Energético (IIGE), lo que permitió divulgar los resultados de investigaciones realizadas en medio de la pandemia. El objetivo de estas iniciativas fue difundir conocimiento básico sobre ciencias de la tierra en la sociedad, buscando generar una discusión sobre la importancia de la geología; pero, faltan más espacios como este para que el rol de las geociencias sea entendido por la comunidad. Con estos portes de difusión y divulgación, la geología puede llegar a ser comprendida con facilidad, si se conocen los beneficios que la sociedad experimenta gracias a la investigación geológica y si se comprenden los perjuicios y peligros que conlleva su ausencia [5].
La poca difusión del conocimiento científico geológico es un problema común en Latinoamérica, por lo cual se identifica la necesidad de considerar a la investigación geológica como una herramienta e insumos para la geología política; y, a través de esta se aporte en la toma de decisiones y en el diseño de normas técnicas que contribuyan al desarrollo de la prevención de riesgos ante fenómenos naturales y a la determinación de recursos naturales de los diferentes países.
El Instituto de Investigación Geológico y Energético (IIGE), le invita a participar en una ENCUESTA DE PERCEPCIÓN.
El objetivo de la encuesta es recibir sus comentarios para comprender de mejor manera su percepción y expectativa que nos permitan entregar un producto y servicio óptimo.
Agradecemos su participación.
Referencias Bibliográficas
[1]. K. John, K. McNeal, R. MacDonald, K. Kastens, K. Bitting, C. Cervato, y R. Teasdale. “A community framework for geoscience education research: Summary and recommendations for future research priorities”. Journal of Geoscience Education, no.69, vol. 1, pp. 2-13. 2020.
[2] J. Tennant, S. Illingworth, I. Stewart, and K. von Elverfeldt. “Geoscience in a time of pandemics. Geoscience Communication” no. 3, vol.1), pp. 71-72. 2020
[3] C. Romero, G. Villacreses, C. Sanchez, y F Betancourt. “Alternativas para la investigación geológica en tiempos de pandemia COVID-19”. CienciAmérica: Revista de divulgación científica de la Universidad Tecnológica Indoamérica. No. 9, vol. 2, pp. 190-206. 2020.
[4] Servicio Nacional de gestión de Riesgos y Emergencias. “Estadisticas anuales de riesgos y emergencias, año 2022”. https://www.gestionderiesgos.gob.ec/
[5] M. Katz. “Social responsibility in geoscience education workshops”. Episodes Journal of International Geoscience. no. 44, vol. 2, pp. 185-188. 2021
Comments