Durante el desalojo se realizaron 720 monitoreos de calidad de agua en cinco puntos.
Este miércoles, 14 de diciembre de 2021, culminaron las maniobras de evacuación de sedimentos acumulados de forma natural en el embalse de la central hidroeléctrica Manduriacu, de 65 megavatios de potencia instalada. Tras la limpieza manual las rejillas de las boca-toma, dentro del deflector de sedimentos (una estructura ubicada junto a la prensa sobre la cual se depositaron los sedimentos más finos), se inició el proceso de llenado del embalse, con lo que la hidroeléctrica recupera su operatividad y retoma su aporte energético para el país.
Fue necesario desarrollar esta actividad con la finalidad de mantener la vida útil de esta central hidroeléctrica, que es de propiedad de todos los ecuatorianos. El proceso técnico se realizó desde el 29 de noviembre, de forma controlada y con permanentes monitoreos de la calidad del agua para minimizar el impacto ambiental y social en el área de influencia. Hasta la fecha se realizaron 720 monitoreos, aproximadamente, en cinco puntos: descarga de la central, Golondrinas, Malimpia, Viche y San Mateo.
A partir del 08 de diciembre, la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) aplicó una nueva metodología, aprobada por la Mesa Técnica Interinstitucional (MTI), conformada por el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables, Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), Instituto Nacional de Biodiversidad (INABIO). Esta consistió en descensos rápidos y controlados del nivel del embalse y monitoreos permanentes, lo que permitió avanzar con la actividad de una manera pausada y segura.
Este trabajo fue ejecutado por personal técnico de CELEC EP, a través de sus Unidades de Negocio Coca Codo Sinclair, Termopichincha y Termoesmeraldas, con el acompañamiento y verificación de técnicos del MAATE.
Además, los técnicos de CELEC EP permanecieron en constante comunicación con el personal de operación de las plantas de agua de Viche y San Mateo (Esmeraldas), quienes contaron con información in situ sobre el desarrollo de las maniobras, por lo que no se afectó a la dotación de agua potable a la comunidad.
Una vez registrada la última evacuación de sedimentos, se continuarán los monitoreos de calidad de agua hasta mañana, miércoles 15 de diciembre. Las maniobras se debieron ejecutar debido a las altas crecidas del río Guayllabamba, que llegaron hasta los 570 metros cúbicos por segundo en octubre pasado, lo que causó un incremento inesperado de los sedimentos en el embalse y forzó el inicio de las maniobras desde el pasado 29 de noviembre.
Con el uso de moderna tecnología la Unidad de Negocio Coca Codo Sinclair continuará con el monitoreo de los sedimentos que se acumulan en el embalse, que provienen de los ríos San Padreo, Machángara y Pisque, entre otros, que son afluentes del Guayllabamba.
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